Arco de Novia

Entre los Selk’nam es corriente una original y formulista petición de mano, que presenta tan encantadoras características, que me parece conveniente describirla, aunque sea brevemente. Cuando el joven ha recibido a través del tío la conformidad de sus padres para el matrimonio, encarga inmediatamente a un hombre experto que le confeccione un arco pequeño, de un tamaño aproximado a la mitad del corriente, y que lo haga con esmero y sin defecto alguno; pretende con este obsequio conseguir en un mínimo ataque el corazón de su amada. Voy a denominar a esta fina pieza «Arco de novia», pues los Selk’nam carecen de una palabra apropiada. Cuando en la tarde del día anterior, el pretendiente ha sido admitido en la cabaña familiar de sus futuros suegros por invitación de ellos, entonces se vuelve a acercar a la cabaña al día siguiente, aunque esta vez a pleno día. Espera hasta que su prometida con su padre y otras personas mayores estén dentro; se coloca delante de su amada y le entrega el arco de novia, ante las miradas de todos los presentes. Temblando lo acepta, al mismo tiempo que el muchacho se retira sin decir una palabra. A esta muda y breve escena le sigue una conversación general en la cabaña y las mujeres hablan siempre en tono halagüeño de la muchacha. La entrega del arco de novia en presencia de los compañeros de tribu mayores tiene una profunda significación: dar a conocer a la comunidad quiénes son los que se casan. Éste es, en realidad, el último sentido de esta pública ceremonia.

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