30 agosto 2020
Lausana, Suiza
Una de las mayores fortalezas del tiro con arco es quizás también su debilidad más profunda.
Se centra en el objetivo. Son excepcionalmente fáciles de entender (cuanto más cerca esté una flecha del centro, mejor será el resultado) y proporcionan información instantánea.
Y ahí está el problema. Al entrenar, los arqueros reciben información inmediata sobre cada disparo. Pero el entrenamiento no es donde se requiere que un arquero se desempeñe en la hoja de anotación. El objetivo es mejorar, no ganar.
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